(CON INDECISA PLUMA…)
Con indecisa pluma voy poniendo
indecisas palabras. (Quiero darte
un poco de mi espíritu). Es difícil
llenar tanto papel con unas líneas
capaces de emoción. A cada paso
se bifurca el camino y aparecen
otros nunca pensados; solo uno,
que no sabré encontrar, es el preciso.
Escribo, pues, errando las ideas
y sus vanas palabras. (Se parece
bastante este oficio a esa otra busca
más rica, que es la vida. La ventaja
de la ficción consiste en que, si quiero,
rompo la hoja. Puedo repetirme).
METAMORFOSIS
Tú ya no eres tú. Te han transformado
mis humildes palabras. Perteneces
a esa quietud del símbolo que nadie
podrá nunca infringir. Eternamente
vivirás en las páginas que dicen
algo sobre una tarde. (No fue nuestra).
IMPOSIBLE
SERÍA
muchísimo mejor que no fumara
tanto,
me dicen
ceñudos doctores.
Imposible
seguir tan buen consejo:
este humo
que vuela entre mis dedos (no comprenden
nada) es la
contestación de un conformista,
la sola valentía que aún me queda.
CAPILLA SIXTINA
Sus motivos tendría Miguel Ángel
para hacer ese Dios tan pequeñito,
como de andar por casa, con la tópica
barba blanca y, por si esto fuera poco,
casi casi implorando la neonata
firme mano de Adán, del musculoso
Adán. Cualquiera sabe. Pero acaso
es lícito pensar que este invertido
quiso así figurar la creación
de Dios por aquel hombre que aún yacía.