lunes, 27 de abril de 2020



Involución


En el año 1600 Giordano Bruno fue quemado vivo en la hoguera después de que la Inquisición romana lo declarara hereje por defender que la Tierra no era el centro del sistema solar y argumentar que el universo era infinito. 

Años más tarde la iglesia Católica condenó a Galileo por defender que la Tierra giraba alrededor del Sol y que ere este el centro del mundo. Así, pasó Galileo sus últimos años recluido en su casa de San Giorgio y suponemos que murmurando entre dientes “Eppur si muove”.

Hace no tanto, en 1915, Alfred Wegener fue atacado de manera hostil e incluso violenta por encontrar la similitud entre los perfiles del América del Sur y África y defender así, que ambos continentes debieron estar unidos en algún momento del pasado.

Miles de personas muertas o condenadas por creer en la ciencia, en sus descubrimientos o practicar la medicina, y hoy, en pleno s. XXI, un señor de cuyo nombre no quiero acordarme nos invita a luchar contra un virus inyectándonos desinfectante para volver después a su Casa Blanca, sentarse en su sillón de piel, poner los pies encima de la mesa, atusarse el pelo y dar gracias a Dios por iluminarle en estas horas oscuras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario